A medida que avanzamos en este viaje de crecimiento en la salud del alma, debemos reconocer que uno de los impactos directos en nuestra alma es la compañía que mantenemos. Cuando miramos a Dios, su palabra nos muestra que fuimos creados para estar en relación unos con otros. Las relaciones equivocadas pueden causar lentamente la desintegración de nuestras almas, pero rodearse de verdaderas relaciones de fe y comunidad vuelve a alinear tu espíritu y te fortalece. Las malas compañías corrompen el buen carácter, pero las buenas compañías te enderezan. Puede que te inviten a la mesa de chismes, juicios o desprecios, pero no tienes que sentarte. Jesús pone a distintas personas a nuestro lado y nos invita a formar relaciones genuinas llenas de fe.

‍No puedes negar que las relaciones que te rodean tienen un profundo impacto en la forma en que piensas, sientes y te mueves.

1. Oraciones reales y fe real

‍Dios te ha dado imaginación para visualizarlo realizando milagros. Por eso, interceder en oración por los demás es uno de los mayores privilegios que tenemos como seguidores de Cristo. Las oraciones reales siempre comienzan con una fe real. A medida que administramos nuestras relaciones saludables y nos rodeamos de personas llenas de fe que hablan la verdad y la vida, nuestras almas comienzan a realinearse con el Espíritu Santo.

Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores ni cultiva la amistad de los blasfemos, 2 sino que en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella. Salmo 1: 1-2

2. Perdón verdadero

‍Nuestras almas fueron compradas por un precio y cuando abrazamos el perdón de Dios, podemos dar gratuitamente lo que nos fue dado gratuitamente. Y cuando nuestra alma está dedicada a Dios, Él nos da la fuerza para hacer cosas que no podíamos imaginar. Por eso el verdadero perdón no se hace con nuestras propias fuerzas, sino que viene del poder del Espíritu Santo que está obrando a través de nosotros.

"De modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes." Colosenses 3:13

Las relaciones sirven como otro medio más para alinearnos con la promesa y el camino de Dios para nuestra vida. Al cultivar relaciones con personas y comunidades a través de la fe y la oración, recordamos que el único que puede realizarnos completamente es el Señor.

Tenemos la libertad de abrazar el perdón de Dios por nosotros y reflejar ese amor de nuestro Padre para perdonar a los demás de la misma manera. Dios nos perdona en su gracia y nos llama a ejercer ese mismo espíritu de perdón no solo con los demás sino también con nosotros mismos.