Hechos 2:1-4
"Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. 2 De repente, vino del cielo un ruido como el de una violenta ráfaga de viento y llenó toda la casa donde estaban reunidos. 3 Aparecieron entonces unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos. 4 Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en diferentes lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse."
Referencias bíblicas adicionales: Hechos 17:24, Juan 14:17, Gálatas 5:17, Gálatas 5:22–23, Hechos 1:8, 1 Corintios 12:7, 1 Corintios 6:19, Juan 3:8
Muchos vivimos como si Dios nos hubiera “fantasmeado” (del inglés, ghosting: dejar de tratar de repente y sin explicación), como si se hubiera ido sin avisar y aún estuviéramos esperando su respuesta. Pero Pentecostés nos cuenta una historia diferente: Jesús no nos abandonó. Cuando ascendió al cielo, envió al Espíritu Santo, no para visitarnos ocasionalmente, sino para morar dentro nosotros permanentemente. El Espíritu Santo no es una fuerza a la que se hace bombo y platillo: es la presencia viva y el poder de Dios en nosotros. No se conforma con un acceso parcial, sino que toma el mando. Y cuando Dios entra a nuestro ser, todo cambia. No tenemos que rogar por la presencia de Dios. Solo necesitamos dejar de ignorar a Aquel que ya se ha mudado a vivir con nosotros.
Dios no nos “fantasmeó”; nos dio dones.
Al invitar al Espíritu de Dios a morar en nosotros, la carne debe ceder. Su presencia nos da convicción de pecado, nos transforma y nos renueva. Él no puede coexistir con el orgullo, el ego, la vergüenza, la culpa ni la falta de perdón. El Espíritu Santo no es un sentimiento que invocamos para obtener resultados deseados. No es una herramienta; no lo usamos. Él habita. Él guía. Él revela a Jesús. Dios anhela llenar cada parte de nosotros. Así que hoy, dejemos de lado lo que se interpone en su camino y démosle el lugar que le corresponde en nuestro interior.
Cuando le das acceso al Espíritu Santo a tu corazón, toda tu vida se convierte en evidencia de su obra transformadora. La prueba no está solo en lo que dices, sino en el fruto que das. Gálatas 5:22 nos dice cuál es ese fruto: amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. Estas cualidades caracterizan una vida guiada por el Espíritu. Es importante no confundir el fruto del Espíritu con los dones del Espíritu. Dones como la profecía o el hablar en lenguas guían a otros hacia Jesús, pero no son señales de madurez espiritual. La transformación se revela en el fruto. Necesitamos tanto los dones como el fruto, pero debemos comprender la diferencia y valorarlos corr
Cuando Dios entra, se enciende el fuego. El Espíritu Santo no vino a visitarnos, vino a tomar el mando. Nos llena de poder, propósito y presencia. Pero no se detiene en el borde. Nos llena hasta rebosar. Esa es la vida que el Espíritu produce en nosotros. No una que contenga el fuego, sino una que lo lleve consigo. No un goteo controlado, sino un desbordamiento diario de amor, valentía y transformación. No fuiste lleno para sentirte mejor. Fuiste lleno para brillar con más intensidad. Deja que el desbordamiento hable por sí solo.
Que esta semana sea un cambio de una entrega parcial a un acceso total. El Espíritu Santo ya está presente; ahora deja que lidere.
Espíritu Santo, no quiero vivir como si estuvieras distante cuando moras en mí. Recuérdame a diario que te has mudado conmigo. Ayúdame a ser más consciente de tu presencia en cada momento. Que mi vida refleje tu cercanía.
El Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede aceptar porque no lo ve ni lo conoce. Pero ustedes sí lo conocen, porque vive con ustedes y estará[c] en ustedes. Juan 14:17
Espíritu Santo, cultiva en mí lo que no puedo hacer crecer por mi cuenta. Cultiva el amor cuando quiera explotar. Cultiva la paciencia cuando me sienta apurado. Produce paz cuando mis pensamientos se descontrolen. Permite que el fruto de tu presencia transforme mi forma de responder, de liderar y de amar.
En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas. Gálatas 5:22-23
Espíritu Santo, enciende en mí un fuego inextinguible. Dame valentía para hablar, compasión para servir y poder para amar como Jesús. Apártame para tu propósito y envíame a ser testigo. No solo quiero ser lleno de ti, sino que quiero rebosar.
Pero cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder. Hechos 1:8
Espíritu Santo, no eres solo un invitado en mi vida; eres el dueño. Muéstrame lo que aún necesita salir para que puedas tomar el control. Limpia lo que no te honra. Llena cada rincón de mi corazón. No quiero manejar mi vida, quiero ser guiado por ti.
¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, 1 Corintios 6:19
Acompáñanos en el Camino a VOUSCon en una carrera de relevos de 40 días por el estado de Florida. Desde Jacksonville hasta Miami, corredores de todas las regiones están invitados a participar en la proclamación de la buenas nuevas. ¿Nuestra meta? VOUSCon 2025. Liderados por un equipo esencial de VOUS, colaboraremos con iglesias asociadas a lo largo del camino, destacando el cuerpo de Cristo y apoyando a la iglesia local mediante iniciativas semanales de ayuda comunitaria.
Salida: Domingo, 11 de mayo
Llegada: Jueves, 19 de junio
El Día de Servir se celebrará el sábado 12 de julio y queremos que todos nuestros crews participen en mostrar amor por nuestra ciudad, así que ¡inscriban a su crew en un proyecto de Día de Servir! Para ver los proyectos e inscribirse, ¡hagan clic aquí! Entreguen su formulario antes del miércoles 2 de julio.
Cuándo: Sábado 12 de julio
Dónde: Todas las sedes de VOUS
Hora: 10:00 a.m.
VOUS SoMi
8:45AM / 10:30AM / 12:30PM / 6PM
VOUS City
10:30AM / 12:30PM / 6PM
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